La pregunta sobre qué es una escort puede llevarnos a reflexionar sobre el clasismo presente en esta industria. Habitualmente, para contratar los servicios de una escort, recurrimos a páginas web de contactos, diseñadas para atraer a hombres con alto poder adquisitivo. Las escorts son vistas como prostitutas de élite, en contraste con las prostitutas, quienes a menudo anuncian sus servicios en la calle.
Este fenómeno refleja una diferencia de clases, donde las prostitutas callejeras representan a las clases más bajas. Sin embargo, esta distinción no siempre fue así. La aparición de los derechos humanos y el rechazo a formas encubiertas de esclavitud han llevado a un estigma compartido entre prostitutas y sus clientes. Para proteger su imagen y su estatus, los clientes adinerados recurren al clasismo, creando una nueva profesión a partir de una práctica antigua.
Las escorts en Parque Chacabuco, con su aura de sofisticación y altos precios, actúan como un escudo contra el estigma, relegándolo nuevamente a las personas que no pueden pagar la transformación en prostitutas de lujo.
En cuanto a las diferencias entre escorts y prostitutas, el término “escort” se asocia con la belleza, la educación y la capacidad de ofrecer compañía en eventos sociales. Mientras que las prostitutas están ligadas históricamente a la pobreza y la vulnerabilidad, las escorts buscan desafiar estas percepciones ofreciendo servicios más allá del sexo, como compañía en eventos o viajes de negocios.
La principal distinción radica en que las escorts pueden realizar trabajos de acompañamiento además de servicios sexuales, lo que implica una relación más prolongada y de mayor conexión con el cliente. Esto conlleva un costo más elevado y refuerza el estigma asociado al término “escort”. En última instancia, tanto prostitutas como escorts aún enfrentan prejuicios sociales, reflejando las complejidades y desafíos de la industria del trabajo sexual, pero que poco a poco irán cambiando.
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