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Meditación orgásmica: todo lo que tenés que saber sobre el “Oming”

¿Alguna vez te preguntaste si se puede meditar mientras tenés un orgasmo? Bueno, no sos el único. Existe algo que se llama meditación orgásmica (o Oming) y sí, suena medio místico, medio raro… pero real.

Primero, contexto. En el mundo del budismo o el hinduismo, alcanzar la felicidad suprema (aka nirvana) no se trata solo de sentarse en flor de loto y repetir “Om”. Es un camino lleno de prácticas como comer sano, vivir con conciencia, y dejar atrás los deseos materiales. Pero… ¿y si te dijera que existe una práctica que mezcla placer y presencia total, y que algunos la venden como “la llave para liberarte emocional y sexualmente”? Bueno, eso intenta la meditación orgásmica.

¿De dónde salió todo esto?

En 2004, una mujer llamada Nicole Daedone fundó en San Francisco una organización llamada “OneTaste”, y ahí inventó el término “meditación orgásmica”. Por una módica suma de 2.000 dólares por semana, podías hacer un curso intensivo donde te enseñaban la técnica. ¿Querías ir más allá? Bueno, por 16.000 dólares te daban el diploma de instructor. Todo giraba en torno al famoso “OM” (Orgasmic Meditation), y Nicole hasta dio una charla TED que generó gran impacto en YouTube.

Entonces… ¿qué es realmente el ‘Oming’?

Sacando de lado lo del negocio, la meditación orgásmica podría entenderse simplemente como una práctica para conectar profundamente con el momento presente mientras estás teniendo una experiencia sexual. La idea no es “llegar al orgasmo” lo más rápido posible, sino disfrutar cada sensación, cada roce, cada microsegundo. Y no, no es una práctica solo para mujeres. Aunque OneTaste lo hacía así, cualquier persona puede disfrutar de este tipo de conexión consciente.

¿Sirve para algo?

Sí, claro. Como cualquier práctica sexual consensuada, puede mejorar tu relación con el placer, con tu cuerpo, y con una masajista erótica en Las Cañitas. Puede ayudarte a estar más presente, a soltar la ansiedad de “hacerlo bien” y simplemente… sentir.

Ahora bien, no caigas en el verso de que esto reemplaza a una terapia o que cura traumas emocionales. Si estás atravesando algo serio, lo mejor es que lo hables con un profesional. Acá no hay gurús, ni fórmulas mágicas.

¿Cómo se puede empezar a practicar?

Podés probar esto con una masajista erótica en Nuñez, sin necesidad de ningún certificado raro. Acá va una guía simple:

Buscá un lugar cómodo. La masajista sensual en Villa Urquiza se acuesta boca arriba, piernas relajadas.

Él o la pareja se lava las manos, puede ponerse un poco de lubricante a base de agua si lo desea.

Se toman un momento para respirar, concentrarse, y conectarse entre sí.

Empieza el juego: con suavidad, se acaricia el clítoris con las yemas de los dedos. No hay prisa.

Jugá con el ritmo, con la presión, con los movimientos. Podés hacer círculos, líneas… lo que invite el cuerpo.

¿Cuánto tiempo? Lo que quieran. Los famosos 15 minutos no son una regla universal. ¡Ustedes deciden!

En resumen…

La meditación orgásmica puede ser una herramienta hermosa para profundizar la conexión con uno mismo y con una masajista erótica en Floresta, siempre que se practique con consentimiento, respeto y honestidad. No necesitás pagar miles ni seguir a ningún “iluminado”. Con ganas, comunicación y un poquito de curiosidad, podés convertir cualquier encuentro en una experiencia mucho más plena y real.

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