Grandes desastres llevan a grandes cambios. El cambio está siempre presente, pero a veces es lento, ahora no podemos permitírnoslo.
Hoy, la humanidad se enfrenta a una de esas crisis mundiales que hemos estudiado cuando éramos pequeños o que hemos visto en las películas de ciencia ficción, el virus COVID-19 que está arrasando el mundo. El concepto “distanciamiento social”, es algo que hace unos meses nos parecería de ciencia ficción y ahora es aceptado como la forma más efectiva de controlar la propagación del virus.
Esta crisis pasará, pero dejará un gran legado: nuevas formas de trabajo, nuevos patrones de consumo, nuevas formas de interactuar con los demás, en general, nuevas formas de entender el mundo.
La industria del masaje y la salud, a la que pertenecemos, es un sector que experimenta y experimentará una gran transformación. Ya que el servicio es de naturaleza personal y física. La base de éste trabajo es el contacto y la cercanía. Y tocar se está convirtiendo en una palabra censurada hoy día.
Todavía no podremos saber qué traerá este virus a los consultorios de masajes, lo que sí sabemos es que la realidad que teníamos antes ha cambiado. Que el distanciamiento social llegó para quedarse, al menos un poco más, y que esta precaución se extenderá también a las superficies físicas. La renuncia a evitar el contacto innecesario dará lugar a un modo diferente de comportarnos en nuestros lugares de trabajo. Y tal vez las máscarillas y los guantes se conviertan en el nuevo uniforme. Ya no se tratará solo de estar limpio, sino también de parecerlo
Somos positivos, no pensamos que el rubro de masajistas desaparecerá. Los masajes contuinuarán en nuestras vidas, porque todos necesitamos sentirnos bien, y el contacto físico y el cuidado es necesario para una vida saludable. En un masaje relajante no solo se relaja el cuerpo, sino también e incluso más importante, se consigue calmar el alma. Se entra en un estado de bienestar donde conseguimos darle un respiro a la mente y descansar plenamente, para así poder enfocar mejor la vida.
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